Cómo influyen la genética y la educación sobre la capacidad creativa de las personas


La creatividad, es decir, “la habilidad para encontrar soluciones inteligentes y útiles a nuestros problemas y retos diarios” es una de las capacidades humanas más características. Así explicaba Elsa Punset, en “La Mirada de Elsa”, de La 2 de TVE, la creatividad en un programa en el que trataban de explicar cómo influyen la genética y la educación sobre la capacidad creativa de las personas.

Cuando somos pequeños, “somos un torrente de creatividad”, una capacidad que debería mantenerse a lo largo de nuestras vidas ya que las conexiones neuronales nos permiten crear e imaginar a cada momento. Pero, lo cierto es que a medida que cumplimos años reprimimos ese torrente creativo. ¿Es posible evitar que esto ocurra? ¿Hay formas de potenciar nuestra creatividad?

La creación es parte de un proceso generativo que consiste en idear algo nuevo y materializarlo. Volverlo real, tangible”, explicaba Robert Dilts, coach y experto en creatividad, en el programa. “Estoy convencido de que la creatividad, a diferencia de los sueños que se quedan en sueños, consiste en aportar herramientas para cumplir los sueños”.

“Hasta cierto punto, hay quien nace con una especie de chispa. Pero si no cultivan su talento, si no se refuerza y trabaja para hacerlo más preciso, la persona jamás desarrollará todo su potencial”. Según Dilts, “en cierto modo, ser creativos forma parte de nuestro estado natural”. Pero con la edad, la capacidad creativa se va reduciendo. En parte, como una forma de ser más eficientes, recordó Dilts, aunque por otro lado “ni las escuelas, ni la vida ni la sociedad se han creado para fomentar la diferencia, sino para homogeneizar a las personas”.

Como explicó el experto en creatividad, uno de los grandes retos de las empresas actualmente es dirigir a las personas, “no se pretende que sean creativas. Es cuestión de equilibrio”.

En este sentido, el pensamiento divergente se plantea como la búsqueda de diferentes respuestas múltiples a una misma pregunta. Y es que cuanto más creativa es una persona, más opciones diferentes plantea frente a una misma realidad. Una capacidad que sí se puede mejorar, según explicó Dilts.

Walt Disney, un auténtico genio de la creatividad, estableció tres fases para la creación: la fase de los sueños, la fase realista o “ingeniería de la imaginación” que combina el pensamiento divergente con el análisis racional paso a paso, y la fase crítica.

Creo que lo menos desarrollado en nuestras culturas, escuelas, empresas y sociedades es la vertiente soñadora”, aseguró Dilts. Pero todo el mundo puede aprender a ser soñador, realista y crítico, mejorar para ser las tres cosas.

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